¿Te cuesta oír con claridad en entornos ruidosos? ¿O tal vez sólo para captar alguna palabra en una conversación tranquila? La mayoría de la gente siente vergüenza por la pérdida de audición, pero es mucho más común de lo que crees.
Hoy en día, alrededor de un tercio (30%) de los adultos mayores de 60 años experimentan una disminución de su audición, lo que provoca una importante reducción de su calidad de vida. Su comunicación con el entorno se desvanece, lo que suele provocar una gran frustración y diversos problemas de salud como consecuencia.
No cabe duda de que una alteración de la audición, como una alteración de cualquier otro sentido, es un problema funcional difícil. Como cualquier lesión o discapacidad, debemos tratarla de la mejor manera posible para minimizar al máximo su impacto negativo en nuestra vida. Una de las mejores soluciones que se pueden ofrecer hoy en día es, por supuesto, el uso de un audífono. Sin embargo, la mayoría de la población actual no puede permitirse pagar miles de dólares (o decenas de miles de dólares) por un dispositivo medio en el mercado.
En los últimos años, muchas empresas han intentado resolver este problema y desarrollar un producto tecnológicamente avanzado y asequible para cualquier persona que quiera mejorar su calidad de vida a un precio más sensato que el que se ofrecía hasta ahora.
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